Esta placa funeraria se encontró en Cáceres, bajo la cual están los restos de una ciudad romana, la Colonia Norba Caesarina. Actualmente se encuentra en el Museo de Cáceres, donde la fotografié en noviembre de 2014.
El texto restituido en latín sería:
QUINTVS.POMPONIVS.POTENTINVS.SER(GIA TRIBVS).H(IC).S(ITVS).E(ST).
C(AIVS).POMPONIVS.POTENTINVS.MIL(ES).C(OHORTIS).IIII.PRAET(ORINAE).
TEST(AMENTO).FIERI.IVSSIT.
La traducción: "Quinto Pomponio Potentino, de la tribu Sergia. Aquí yace. Cayo Pomponio Potentino, soldado de la cuarta cohorte pretoriana, mandó que se hiciera de acuerdo a su testamento."
Salta a la vista que los dos individuos de la inscripción eran hermanos, pues comparten el "nomen" y el "cognomen". Ambos probablemente eran ciudadanos de la ciudad de Norba Caesarina; esto lo sabemos no sólo por el hecho de que la placa apareció en Cáceres, sino también porque se dice que ambos pertenecían a la tribu Sergia, a la que pertenecían todos los habitantes de Norba Caesarina.
Otro dato interesante es que esta placa fue encargada en vida por Quinto Pomponio, quien dispuso en su testamento que se le enterrase junto a esta placa, y dio cumplimiento a su testamento su hermano Cayo.
Es muy probable que Cayo tardase en conocer la muerte de su hermano, ya que se nos dice en la placa que él era soldado de la guardia pretoriana, un cuerpo militar de élite creado por Augusto para salvaguardar la vida de los emperadores romanos. Normalmente la guardia pretoriana estaba por tanto en Roma, junto al emperador, en los "castra praetoria". De la cuarta cohorte pretoriana, sin embargo, sabemos que solía estar en Lugdunum (Lyon, Francia), encargada de custodiar la ceca desde la que se emitía la moneda del Imperio.
En cualquier caso es evidente que Cayo se tuvo que desplazar de su destino como pretoriano para dar cumplimiento a las disposiciones testamentarias de su hermano muerto.
Pero el texto de la inscripción es muy frío. Da la sensación de que Cayo actuó forzado por el testamento de su hermano, pues en ningún momento se habla de que la relación entre los hermanos fuera realmente fraternal: primero, porque en la propia inscripción no se dice que fueran hermanos, dato que se deduce sólo por las reglas onomásticas romanas, y segundo, porque no se utiliza ninguna palabra cariñosa en el texto (tipo "carissimus frater").
De todo lo dicho parece deducirse que Cayo actuó sólo movido por el testamento de su hermano Quinto, y que la relación entre ambos hermanos debía de ser muy fría.
Un ejemplo más de que ya en la Hispania romana las relaciones fraternales podían ser difíciles, como sigue sucediendo en la España actual.