Los esclavos también se morían: esta afirmación puede parecer estúpida, pero como casi todas las inscripciones que comenta el epigrafista son de ciudadanos libres no está de más decirlo.
Según las leyes romanas, los esclavos ni siquiera eran considerados personas, eran res,es decir, "objetos". Por ello sus relaciones sociales no tenían ningún reconocimiento legal. Ni siquiera podían casarse, aunque se les permitía tener una compañera a la que se le llamaba contubernal.
Esta unión "de hecho" entre esclavos se conocía entonces como un contubernium.
Lyda y Thaumasto fueron dos esclavos griegos de Asturica (Astorga, León)que estaban vinculados por un contubernio. Lyda había servido como esclava a un ciudadano libre de Astorga llamado Quinto Luso Saturnino, pero la muerte la sorprendió con tan sólo 28 años.
Thaumasto, desconsolado, dedicó esta placa de mármol a la memoria de su joven compañera. Quizá Thaumasto era esclavo del mismo ciudadano que Lyda y quizá con la ayuda de Saturnino costeó este monumento funerario.
Thaumasto y Lyda, por su nombres, eran esclavos de origen griego. Al menos Lyda conoció la muerte en las frías tierras al pie de la Cordillera Cantábrica, muy lejos de las cálidas tierras griegas que la habían visto nacer...