"Epigrafista" es la persona aficionada o versada en epigrafía (y la epigrafía es la ciencia que estudia los textos escritos sobre materiales duros - piedra, metal).

La epigrafía nos pone en contacto con las ideas de nuestros antepasados sin intermediarios, sin manipulaciones. Los textos en papel, (que los estudia la paleografía), en cambio, de tanto copiarse suelen contaminarse con aportaciones de sus respectivos copistas.



Bienvenidos a mi mundo, al mundo de EL EPIGRAFISTA.

jueves, 13 de agosto de 2015

¿Amor fraterno?


Esta placa funeraria se encontró en Cáceres, bajo la cual están los restos de una ciudad romana, la Colonia Norba Caesarina. Actualmente se encuentra en el Museo de Cáceres, donde la fotografié en noviembre de 2014.

El texto restituido en latín sería:

QUINTVS.POMPONIVS.POTENTINVS.SER(GIA TRIBVS).H(IC).S(ITVS).E(ST).
C(AIVS).POMPONIVS.POTENTINVS.MIL(ES).C(OHORTIS).IIII.PRAET(ORINAE).
TEST(AMENTO).FIERI.IVSSIT.

La traducción: "Quinto Pomponio Potentino, de la tribu Sergia. Aquí yace. Cayo Pomponio Potentino, soldado de la cuarta cohorte pretoriana, mandó que se hiciera de acuerdo a su testamento."

Salta a la vista que los dos individuos de la inscripción eran hermanos, pues comparten el "nomen" y el "cognomen". Ambos probablemente eran ciudadanos de la ciudad de Norba Caesarina; esto lo sabemos no sólo por el hecho de que la placa apareció en Cáceres, sino también porque se dice que ambos pertenecían a la tribu Sergia, a la que pertenecían todos los habitantes de Norba Caesarina.

Otro dato interesante es que esta placa fue encargada en vida por Quinto Pomponio, quien dispuso en su testamento que se le enterrase junto a esta placa, y dio cumplimiento a su testamento su hermano Cayo.

Es muy probable que Cayo tardase en conocer la muerte de su hermano, ya que se nos dice en la placa que él era soldado de la guardia pretoriana, un cuerpo militar de élite creado por Augusto para salvaguardar la vida de los emperadores romanos. Normalmente la guardia pretoriana estaba por tanto en Roma, junto al emperador, en los "castra praetoria". De la cuarta cohorte pretoriana, sin embargo, sabemos que solía estar en Lugdunum (Lyon, Francia), encargada de custodiar la ceca desde la que se emitía la moneda del Imperio.

En cualquier caso es evidente que Cayo se tuvo que desplazar de su destino como pretoriano para dar cumplimiento a las disposiciones testamentarias de su hermano muerto. 

Pero el texto de la inscripción es muy frío. Da la sensación de que Cayo actuó forzado por el testamento de su hermano, pues en ningún momento se habla de que la relación entre los hermanos fuera realmente fraternal: primero, porque en la propia inscripción no se dice que fueran hermanos, dato que se deduce sólo por las reglas onomásticas romanas, y segundo, porque no se utiliza ninguna palabra cariñosa en el texto (tipo "carissimus frater").

De todo lo dicho parece deducirse que Cayo actuó sólo movido por el testamento de su hermano Quinto, y que la relación entre ambos hermanos debía de ser muy fría.

Un ejemplo más de que ya en la Hispania romana las relaciones fraternales podían ser difíciles, como sigue sucediendo en la España actual.

lunes, 10 de agosto de 2015

Unos astures en proceso de romanizarse.


La romanización de Asturias fue bastante tardía, ya en época después de Cristo, pero de todos modos pronto las costumbres locales se tiñeron de formas y estilos romanos.
Un ejemplo puede ser esta estela funeraria encontrada en Castrillón, en el centro de la zona costera de Asturias.
El lapicida enmarcó el texto en una cartela que permite leerlo con comodidad:

MAXVMO.RUBIDII.F(ilio).ANNORUM. XXX.PROVESICA.MATER.ET.PATER.POSVERUNT.O(b).M(erita).E(ius).

La traducción de esta lápida que fotografié en el Museo de Oviedo es:
"A Máximo, hijo de Rubidio, de 30 años. Su madre, Provésica, y su padre se lo pusieron por sus méritos".

El matrimonio astur formado por Rubidio y Provésica tuvo la desgracia de que su hijo, con un nombre típico romano, Máximo, se muriera antes que sus padres. Eso sí, los 30 años venían a ser la esperanza de vida media de los habitantes del Imperio Romano, debido principalmente a las altas tasas de mortalidad infantil.
Padres con nombres astures poniendo a su hijo un nombre romano...la romanización de Asturias se iba completando.

sábado, 11 de julio de 2015

La esperanza en los astros.


Esta lápida oicomorfa (con forma de casa) nos revela datos sobre el pueblo al que pertenecían los nombres que en ella aparecen.

La inscripción, que fotografié en el museo de Oviedo, presenta el siguiente texto, tras solucionar sus abreviaturas::

Ac(c)i(us)  C(a)el(i)  fil(ius)  org(enomescus)
fil(iae) su(a)e car(ae)
 mun(imentum) pos(uit)
 nom(ine) Acuan(ae)
 fi(nivit) an(n)o(s) XX sit
 tibi terra levis.

La traducción del texto es la siguiente:

"Accio, hijo de Celio, orgenomesco, erigió este monumento para su querida hija, de nombre Acuana, que murió con 20 años. Que la tierra te sea leve."

El pueblo de los orgenomescos, según testimonios de los escritores romanos Plinio el Viejo y Pomponio Mela, era el más occidental de los pueblos cántabros, en la frontera con los pueblos astures. De hecho este monumento se encontró en 1959 cerca de LLanes, en la parte oriental del actual Principado de Asturias, y junto a otros encontrados en la zona dan fe de lo preciso que fueron los escritores romanos citados en cuanto a la ubicación de los orgenosmescos.

De los pueblos cántabros tenemos pocos datos. Estelas funerarias como ésta nos dan una pista de sus costumbres. El dibujo que se ha inscrito en la zona del "tejado" de la estela está lleno de símbolos astrales: el círculo superior con las líneas semicirculares sobre las que se alza es una alusión al sol y a su aparente movimiento. Desconocemos el significado de los bastoncillos que aparecen a ambos lados del sol, pero sin duda son también elementos astrales. Estos pueblos interpretaban la muerte como un paso trascendente del alma de los difuntos hacia una zona superior del universo.

Los cántabros, como casi todos los pueblos del Norte de España, fueron los últimos hispanos en ser romanizados: de ahí que el lapicida nos presente un texto bastante irregular y en un latín vulgar que hace pensar que era una lengua todavía extraña y poco dominada por sus recientes hablantes. 

El dedicante, Accio, tuvo que sufrir la desgracia de que se le muriera sólo con 20 años su querida hija Acuana, a quien enterró (los cántabros sólo practicaban la inhumación de los cadáveres) y mandó que se le colocara esta estela junto a su cuerpo, costumbre ya romana.

Con esta entrada, testimonio de cómo se iban asimilando los pueblos cántabros a los modos y costumbres de los romanos, quiero homenajear a los pueblos cántabros, que con valor, tenacidad y coraje resistieron los últimos a la conquista romana, y que cuando fueron incorporados al mundo romano lo hicieron  más por la comprensión de las ventajas que traía la romanización que por la fuerza de las legiones de Roma.

domingo, 28 de junio de 2015

Una inscripción en cuarcita.



Esta entrada se la dedico a una amiga especial, a Marta, profesora de química en mi centro de trabajo. 

La cuarcita es una roca compuesta casi en su totalidad de mineral de cuarzo. Por ello presenta una coloración lechosa, entre blanco, gris o rosáceo. Ha sido un material muy utilizado a lo largo de la historia por los escultores, ya que es un material muy resistente a la erosión (espero, Marta, no haber dicho ninguna barbaridad científica hasta aquí).

Esta resistencia a la erosión sumada a la abundancia de estas rocas en las montañas fue la razón por la que los romanos, cuando conquistaron el montañoso norte de Hispania, utilizaban con frecuencia esta roca para sus estelas funerarias: recordemos que los romanos en sus monumentos funerarios pretendían que de alguna manera se perpetuase el nombre de cada difunto, y qué mejor que la cuarcita, que soporta muy bien el paso de los siglos,  para encontrar esa especie de inmortalidad que recordase para siempre el nombre del difunto.

La estela de la fotografía se encontró en Asturias y se expone en el Museo arqueológico de Asturias en la ciudad de Oviedo, donde tuve la oportunidad de fotografiarla. Obviamente, como esta zona fue sometida a Roma por el emperador Augusto, esta estela está hecha ya después de Cristo. Por sus características y tipología debió erigirse este monumento funerario en algún momento entre los siglos I y III.

Las letras que componen el epitafio son bastante regulares, no así su alineación, lo que nos hace pensar que la inscripción debió de ser hecha por algún lapicida local.

El texto de la inscripción no presenta dificultades de lectura:

L · VALERIVS 
POSTVMVS
VX · AN · L ·
H · S · EST ·
S · T · T · L ·

La inscripción, desarrollando las abreviaturas dice:

LVCIVS VALERIVS POSTVMVS. VIXIT ANNOS L. HIC SITUS EST. SIT TIBI TERRA LEVIS.

La traducción al castellano: "Lucio Valerio Póstumo. Vivió 50 años. Aquí yace. Que la tierra te sea leve".

Por la aparición de los tria nomina no cabe duda de que el difunto era ciudadano romano, que por alguna razón trabajaba o vivía en la zona de Cangas de Narcea, donde se encontró esta lápida, y a quien la muerte le sorprendió muy lejos de Italia, en territorio recientemente romanizado, la fría y verde tierra de los antiguos astures y cántabros...

Poco más se puede deducir sobre este solitario difunto y la escueta inscripción que nos dejó su lapicida.



viernes, 27 de marzo de 2015

EPITAFIO DE CORNELIO MATERNO



En el Museo Provincial de Burgos fotografié este ara funeraria, en donde se habla de una muerte de una persona joven, algo frecuente en la Hispania romana.

Los datos que figuran en la inscripción son, como es habitual, muy escuetos:



El texto latino completo es fácilmente reconstruible:

Dis M(a)nib(us) / C(aio) Cornelio / Materno / an(norum) XX / Cor(nelius) Avianus / et Aemilia Atia / fil(io) pientissimo / f(aciendum) c(uraverunt).

La traducción es sencilla:

"A los Dioses Manes. A Cayo Cornelio Materno, de 20 años. Cornelio Aviano y Emilia Atia lo encargaron para su hijo muy respetuoso."

Y nada más. Sólo cabe imaginar el dolor de sus padres, que debían tener un gran cariño hacia su hijo para encargar este hermoso altar en su honor.

Este monumento funerario se encontró en Peñalba de Castro (Burgos)