"Epigrafista" es la persona aficionada o versada en epigrafía (y la epigrafía es la ciencia que estudia los textos escritos sobre materiales duros - piedra, metal).

La epigrafía nos pone en contacto con las ideas de nuestros antepasados sin intermediarios, sin manipulaciones. Los textos en papel, (que los estudia la paleografía), en cambio, de tanto copiarse suelen contaminarse con aportaciones de sus respectivos copistas.



Bienvenidos a mi mundo, al mundo de EL EPIGRAFISTA.

sábado, 11 de julio de 2015

La esperanza en los astros.


Esta lápida oicomorfa (con forma de casa) nos revela datos sobre el pueblo al que pertenecían los nombres que en ella aparecen.

La inscripción, que fotografié en el museo de Oviedo, presenta el siguiente texto, tras solucionar sus abreviaturas::

Ac(c)i(us)  C(a)el(i)  fil(ius)  org(enomescus)
fil(iae) su(a)e car(ae)
 mun(imentum) pos(uit)
 nom(ine) Acuan(ae)
 fi(nivit) an(n)o(s) XX sit
 tibi terra levis.

La traducción del texto es la siguiente:

"Accio, hijo de Celio, orgenomesco, erigió este monumento para su querida hija, de nombre Acuana, que murió con 20 años. Que la tierra te sea leve."

El pueblo de los orgenomescos, según testimonios de los escritores romanos Plinio el Viejo y Pomponio Mela, era el más occidental de los pueblos cántabros, en la frontera con los pueblos astures. De hecho este monumento se encontró en 1959 cerca de LLanes, en la parte oriental del actual Principado de Asturias, y junto a otros encontrados en la zona dan fe de lo preciso que fueron los escritores romanos citados en cuanto a la ubicación de los orgenosmescos.

De los pueblos cántabros tenemos pocos datos. Estelas funerarias como ésta nos dan una pista de sus costumbres. El dibujo que se ha inscrito en la zona del "tejado" de la estela está lleno de símbolos astrales: el círculo superior con las líneas semicirculares sobre las que se alza es una alusión al sol y a su aparente movimiento. Desconocemos el significado de los bastoncillos que aparecen a ambos lados del sol, pero sin duda son también elementos astrales. Estos pueblos interpretaban la muerte como un paso trascendente del alma de los difuntos hacia una zona superior del universo.

Los cántabros, como casi todos los pueblos del Norte de España, fueron los últimos hispanos en ser romanizados: de ahí que el lapicida nos presente un texto bastante irregular y en un latín vulgar que hace pensar que era una lengua todavía extraña y poco dominada por sus recientes hablantes. 

El dedicante, Accio, tuvo que sufrir la desgracia de que se le muriera sólo con 20 años su querida hija Acuana, a quien enterró (los cántabros sólo practicaban la inhumación de los cadáveres) y mandó que se le colocara esta estela junto a su cuerpo, costumbre ya romana.

Con esta entrada, testimonio de cómo se iban asimilando los pueblos cántabros a los modos y costumbres de los romanos, quiero homenajear a los pueblos cántabros, que con valor, tenacidad y coraje resistieron los últimos a la conquista romana, y que cuando fueron incorporados al mundo romano lo hicieron  más por la comprensión de las ventajas que traía la romanización que por la fuerza de las legiones de Roma.