Aunque los romanos eran politeístas (el escritor Varrón llegó a nombrar ¡30.000 dioses romanos!), había uno al que consideraban el más grande: Júpiter.
Es un dios de origen indoeuropeo: su nombre se formó sobre las palabras "Dyeus" (la misma raíz que en griego dio lugar al nombre "Zeus" y que en la misma lengua latina generó también la palabra "dies", el día, porque Dyeus en origen era el dios del día)y la palabra "pater", porque los romanos le veneraban como el padre de todos los dioses.
Así, "dyeus+pater" dio lugar a la palabra Iuppiter (Júpiter).
En este caso vemos su nombre inscrito en un ara (altar de sacrificio). Las aras son bloques cuadrados de piedra que en la parte superior disponían de un pequeño hueco o platillo (como se aprecia en la fotografía de debajo) en el que un sacerdote depositaba o quemaba objetos asociados a los rituales de sacrificio en homenaje a los dioses.
Este altar está también en el Museo de Burgos.
Aquí aparece en dativo la fórmula típica un tanto "rimbombante" de veneración a este dios:
IOVI OPTVMO MAXVMO: a Júpiter, el mejor, el más grande.
ejem, ahí falta un busto. Dentro de poco lo ponemos, jajaja.
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